El ardor de estómago es una dolencia común en el embarazo, especialmente en el tercer trimestre. En este artículo, explicamos todo lo que una futura madre debe saber sobre este molesto trastorno.
La acidez de estómago, conocida médicamente como «ardor de estómago», es una dolencia muy común durante el embarazo, que afecta a entre el 17% y el 45% de las futuras madres.
Suele manifestarse como una sensación de ardor o dolor en la boca del estómago, que suele aparecer sobre todo en el tercer trimestre, aunque a veces puede estar presente desde el principio del embarazo.
Aunque el ardor de estómago puede ser muy desagradable, no es peligroso para la salud del bebé y tiende a resolverse por sí solo después del parto. En presencia de un excesivo augmento de peso sin embargo, puede desaparecer más lentamente.
Síntomas de la acidez de estómago en el embarazo
Este trastorno suele manifestarse como un ardor o dolor en el centro del pecho, justo detrás del esternón, que aparece sobre todo al acostarse o después de las comidas y puede durar desde unos minutos hasta varias horas.
Otros síntomas pueden ser:
- ardor de garganta
- mal sabor de boca o sensación de líquido caliente, ácido o amargo en la parte posterior de la garganta
- sensación de peso en el estómago o hinchazón abdominal
- náuseas
- calambres de estómago
- eructos
- tos crónica
- ronquera
- sibilancias u otros síntomas similares al asma
- hipo
Causas de la acidez de estómago en el embarazo
En la mayoría de los casos, el ardor de estómago durante el embarazo está causado por la acidez, que a su vez depende de varios factores.
En los primeros meses del embarazo, parece estar relacionado principalmente con el aumento de la progesterona: esta hormona relaja los músculos del útero para favorecer el desarrollo del embrión, pero al mismo tiempo reduce el tono muscular de los órganos digestivos y del cardiaco, la válvula que impide la salida del contenido ácido del estómago.
El efecto se conoce como reflujo gastroesofágico, es decir, la subida de los jugos gástricos al esófago (el canal que conecta el estómago con la boca), lo que provoca irritación y ardor.
Además, sobre todo en el tercer trimestre, el crecimiento del bebé y el consiguiente aumento del tamaño del útero «roban espacio» a los órganos vecinos. Como resultado, los intestinos y el estómago se comprimen y su vaciado se ralentiza, lo que favorece el reflujo.
Además, el ardor de estómago puede ser causado o exacerbado por:
- hábitos alimenticios poco saludables
- obesidad
- algunos medicamentos
- estrés
¿Cómo prevenir la acidez de estómago en el embarazo?
Para prevenir el ardor de estómago y el reflujo ácido, hay algunas estrategias sencillas que puede adoptar. Veámoslos juntos.
- Coma comidas pequeñas y frecuentes: para no sobrecargar el estómago, es importante evitar los atracones. Sin embargo, el ayuno demasiado prolongado también puede provocar dolores de estómago y náuseas. Por eso, en el embarazo se suele aconsejar hacer cinco comidas al día, tres principales más dos tentempiés.
- Evite los alimentos y bebidas irritantes: el consumo de alimentos especialmente ácidos, picantes o grasos, así como de cafeína y bebidas gaseosas, aumenta la acidez del estómago. Así que deja de comer fritos, cítricos, tomates, menta y chocolate, pero también cebollas, pimientos, judías y guisantes. Si el reflujo ya está presente, es mejor preferir platos fríos o tibios: el calor, de hecho, acentúa el ardor.
- Aumenta tu consumo de vitaminas B1 y B2: los alimentos ricos en estos micronutrientes, como el trigo sarraceno, los huevos, la piña fresca y las avellanas, pueden ayudar a mantener la acidez bajo control.
- Masticar despacio: este sencillo truco ayuda a mejorar la digestión.
- Beber mucho líquido entre las comidas: limitar la cantidad de líquidos en la comida y la cena ayuda a prevenir el llenado excesivo del estómago y a reducir la acidez.
- Presta atención a tu postura: mantener la parte superior del cuerpo erguida, especialmente durante las comidas, reducirá la presión sobre el estómago.
- No se acueste inmediatamente después de comer: para reducir el riesgo de reflujo ácido, es mejor esperar al menos dos o tres horas después de las comidas antes de acostarse.
- Dormir con la cabeza elevada unos 15-20 cm: esta posición ayuda a contrarrestar la subida de los jugos gástricos. La estrategia más sencilla es colocar una almohada adicional bajo la cabeza. También puede insertar cuñas debajo de las patas de la cama o comprar una almohada de cuña especial para colocarla entre el colchón y el somier.
- Use ropa suelta y cómoda: la ropa demasiado ajustada puede contribuir a la presión del estómago.
- Ejercicio físico moderado: un paseo de 10-15 minutos después de las comidas puede ser bueno para la digestión. La actividad física también es un buen aliado para combatir el estrés.
- No fume: hay un número infinito de motivos para no fumar durante el embarazo y la acidez es sólo una de ellas. Las sustancias químicas de los cigarrillos relajan aún más el cardias y favorecen la subida de los ácidos del estómago.
- Evitar el alcohol: Al igual que el tabaquismo, el alcohol está absolutamente desaconsejado durante el embarazo. Además del riesgo de causar diversos problemas al bebé en desarrollo (desde el bajo peso al nacer hasta las dificultades de aprendizaje), el alcohol también tiene un efecto irritante en el estómago y contribuye al reflujo gastroesofágico.
Remedios naturales para la acidez y el ardor de estómago durante el embarazo
Aunque siempre es importante avisar al médico si se sufre de acidez estomacal severa, hay algunos remedios naturales que pueden ayudar a aliviarla.
En particular, puede ser muy útil consumir ciertos alimentos que pueden contrarrestar la acidez, como:
- leche o yogur tibios, preferiblemente desnatados, ya que son menos grasos;
- jengibre, fresco o en polvo (también es bueno contra las náuseas); sin embargo, este alimento debe consumirse con moderación, ya que no hay datos sobre la cantidad máxima que puede tomarse sin riesgo para el feto.
Otro remedio natural muy útil para la acidez estomacal son los extractos e infusiones a base de:
- manzanilla
- semillas de hinojo
- malva
- melissa
- aloe
Por el contrario, para combatir la acidez de estómago durante el embarazo, sería mejor evitar el uso de bicarbonato de sodio. Una mujer embarazada debe limitar su consumo de sodio debido a sus efectos negativos sobre la retención de líquidos y la presión arterial.
Medicamentos contra la acidez y el ardor de estómago en el embarazo
Cuando los remedios naturales no funcionan y el ardor de estómago es intenso, hay que ponerse en contacto con el médico, que investigará las posibles causas y recomendará una posible medicación compatible con el embarazo.
Aprovechamos la ocasión para recordar una vez más que una mujer embarazada (o que sospecha que puede estarlo) no debe utilizar nunca medicamentos sin consultar previamente a su médico: algunos productos, aunque estén disponibles sin receta o pertenezcan a la categoría de remedios Fito terapéuticos o a base de plantas, pueden poner en peligro la salud de la madre y del niño.
Hecha esta aclaración, podemos decir que según las indicaciones de la Agencia Italiana del Medicamento (AIFA), los productos de primera elección para el tratamiento de la acidez y los síntomas asociados son los llamados antiácidos.
Estos medicamentos neutralizan la acidez producida por los jugos gástricos y son completamente seguros para la madre y el niño.
Sin embargo, como pueden interferir con la absorción de otros medicamentos, como los suplementos de hierro o ácido fólico, siempre es mejor tomarlos al menos dos horas después de estos preparados y, en cualquier caso, según las indicaciones de su médico.
Sin embargo, si la terapia antiácida no es suficiente para aliviar las molestias, el médico considerará la posibilidad de recetar medicamentos más potentes, que pueden variar según el tipo y la intensidad de los síntomas.
Acidez y ardor de estómago en el embarazo: ¿cuándo hay que preocuparse?
En la mayoría de los casos, la acidez no es peligrosa para la madre y el niño y tiende a resolverse espontáneamente después del parto.
No obstante, en caso de que los síntomas sean fuertes, siempre es importante ponerse en contacto con el médico o el ginecólogo, para que se investiguen las causas y se inicie inmediatamente el tratamiento más adecuado.
Fuentes
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