Embarazo

Retención de líquidos en el embarazo: síntomas, causas y remedios

Durante el embarazo, aproximadamente el 25% de las futuras madres se enfrentan al problema de la retención de líquidos, que afecta principalmente a las piernas, los tobillos y los pies, pero también puede afectar a otras zonas del cuerpo, como las manos.

Este trastorno se caracteriza por el estancamiento de líquido, que se acumula progresivamente en los tejidos provocando hinchazón (o más exactamente edema), pesadez y a veces la aparición de varices. Los síntomas pueden ser especialmente intensos en las mujeres que esperan gemelos o que tienen un exceso de líquido amniótico, y tienden a empeorar en las horas nocturnas y en el calor del verano.

¿Cuándo aparece y cuánto dura?

Los efectos de la retención de líquidos suelen empezar a aparecer entre las semanas 22 y 27 y se resuelven tras el nacimiento del bebé.

¿De qué depende?

Durante el embarazo, todo el organismo experimenta importantes cambios, que también afectan a la circulación sanguínea. En primer lugar, el volumen de sangre aumenta significativamente, para satisfacer las necesidades del bebé en crecimiento, y esto provoca más líquido en los tejidos.

A esto se añade la expansión del útero, que comprime las venas pélvicas y la vena cava (por la que fluye la sangre desde la mitad inferior del cuerpo hasta el corazón) y dificulta la circulación sanguínea en las piernas, favoreciendo el estancamiento de los fluidos corporales.

Por último, la progesterona también desempeña un papel importante, ya que relaja las paredes de los vasos y los hace más permeables, con el efecto de ralentizar aún más el retorno venoso y favorecer la salida de líquido hacia los tejidos.

¿Qué hacer?

Cambiar cualquier mal hábito es el primer paso para combatir la retención de líquidos y la sensación de pesadez. 

  • Realice una actividad física regular: un paseo de media hora a ritmo suave o una natación moderada son ideales para estimular la circulación y prevenir la hinchazón. El ejercicio en el agua, en particular, es una gran ayuda para combatir la retención de líquidos: infórmate sobre los cursos para embarazadas que ofrecen las piscinas de tu zona.
  • Evite pasar demasiado tiempo de pie o sentado: si tiene un trabajo sedentario, cambie de posición a menudo y levántese de vez en cuando para dar un pequeño paseo y reactivar la circulación.
  • Levante las piernas: esto facilitará el retorno venoso y reducirá la hinchazón. Ayúdate de una almohada cuando estés tumbado y de un reposapiés cuando estés sentado. En cambio, evita mantener las piernas o los tobillos cruzados para no ralentizar aún más la circulación sanguínea.
  • Use ropa cómoda: la ropa demasiado ajustada y los tacones demasiado altos o completamente planos pueden empeorar el edema.
  • Utiliza medias elásticas: además de facilitar el retorno venoso, darán a tus piernas una agradable sensación de bienestar. Para obtener el máximo beneficio, úselas por la mañana antes de levantarse de la cama
  • Cuida tu alimentación: una dieta baja en sal (es decir, en sodio) ayuda a prevenir la hinchazón, mientras que el consumo de arándanos y de alimentos ricos en vitamina C refuerza las paredes venosas y facilita la circulación sanguínea.
  • Bebe mucho líquido: aunque te parezca extraño, una hidratación adecuada es esencial para combatir la retención de líquidos en el embarazo, ya que ayuda a eliminar el exceso de sodio y los residuos, reduciendo la acumulación de líquidos corporales. Durante el embarazo, se aconseja beber al menos dos litros de agua al día, es decir, unos diez vasos.
  • Dormir sobre el lado izquierdo: esta posición reducirá la presión del útero sobre la vena cava inferior y ayudará a mejorar la circulación sanguínea de las piernas.
  • Aplicar productos refrescantes y descongestionantes: utilizados regularmente, ayudarán a reducir la sensación de pesadez.

¿Cuándo hay que preocuparse de la retención de líquidos en el embarazo?

La hinchazón moderada, que aparece gradualmente y mejora durante la noche, es absolutamente normal en el embarazo y no tiene ninguna importancia en el curso de la gestación.

Cuando, por el contrario, la hinchazón es importante, se produce de forma repentina o dura hasta el día siguiente, podría ser un signo de una complicación del embarazo conocida como preeclampsia. Esta enfermedad está asociada a un aumento excesivo de la presión arterial y, si se descuida, puede tener importantes consecuencias para la salud de la futura madre y del bebé. Por ello, no dude en ponerse en contacto inmediatamente con su ginecólogo ante la presencia de los siguientes signos o síntomas:

  • edema excesivo o repentino
  • hinchazón que afecta a la zona de los ojos, la cara o el cuello
  • dolores de cabeza intensos y prolongados (que no se resuelven con paracetamol)
  • alteraciones visuales, náuseas o vómitos

Más raramente, el edema y la retención de líquidos en el embarazo puede señalar la presencia de una trombosis venosa profunda, causada por la formación de un coágulo de sangre. Esta afección se caracteriza por una importante hinchazón, que afecta sobre todo a una de las piernas (a menudo la izquierda) y puede ir acompañada de:

  • sensación de pesadez o dolor que empeora al ponerse de pie
  • cambios en la piel de la pierna, que está enrojecida o caliente

Incluso en este caso, es esencial ponerse en contacto con su médico inmediatamente, para prevenir la aparición de complicaciones de riesgo.

Fuentes


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