El desayuno también es una comida esencial durante el embarazo: el cuerpo se despierta tras el ayuno nocturno y necesita nutrirse e hidratarse para poder afrontar todas las actividades del día. Para una futura madre, esta necesidad es aún más urgente de satisfacer, porque además de sus propias necesidades, las de su bebé también son necesarias.
Por lo tanto, saltarse el desayuno nunca es un buen hábito, incluso si se tienen síntomas como náuseas o reflujo. Por el contrario, comer a menudo puede ayudar a acabar con la sensación de asco y a reducir la acidez producida con el estómago vacío.
Desayuno durante el embarazo: ¿qué comer?
Durante los nueve meses de embarazo, hay que dar preferencia a los alimentos ligeros y sanos que proporcionan a la madre y al bebé todos los nutrientes esenciales.
Una buena opción, por ejemplo, es una taza de leche semidesnatada acompañada de cereales, galletas, tostadas o biscotes, preferiblemente integrales.
El yogur combinado con una fruta, un zumo centrifugado o un zumo de cítricos (en ausencia de acidez) también puede aportar una buena cantidad de vitaminas, fibra y minerales.
También puede optar por un desayuno salado, combinando una taza de té con una tostada con dos lonchas de jamón y una capa de queso de untar.
Otros alimentos recomendados son:
- pasteles de arroz, tostadas integrales, galletas y palitos de pan integrales
- ciruelas y plátanos (muy útiles en caso de náuseas)
- fruta desecada
- leche de soja o de arroz
Desayuno durante el embarazo: ¿qué es mejor evitar?
Durante el desayuno, como en muchos otros aspectos de la dulce expectativa, lo primero que hay que abolir son las prisas. Comer con prisas, incluso de pie, puede provocar o agravar ciertos trastornos típicos de las futuras madres, como las malas digestiones y la acidez de estómago.
También debe moderarse el consumo de bebidas excitantes como el café o el té, que contienen cafeína. Esta sustancia, además de acentuar el ardor de estómago, llega al bebé a través de la placenta. La recomendación, por tanto, es no excederse durante el día, evitando superar la dosis recomendada de cafeína en el embarazo (unos 200 mg al día). Además, un simple café no es suficiente para un desayuno sano y equilibrado: por eso es importante acompañarlo de algo más sustancioso y nutritivo.
También hay que procurar no abusar de los azúcares y las grasas refinadas (contenidas en los zumos de frutas y los aperitivos industriales) y limitar el consumo de sal para evitar complicaciones como la diabetes gestacional, la hipertensión o la preeclampsia.
Acidez en el embarazo: ¿qué hacer en el desayuno?
En los últimos meses del embarazo, es normal sufrir problemas digestivos, como hinchazón y ardor de estómago. Para no agravar estos síntomas, es mejor evitar los cítricos, que son muy ricos en vitamina C pero tienen una alta acidez. Como alternativa a los zumos, recomendamos las centrifugadoras de frutas y verduras y los batidos (se recomiendan especialmente las peras, las manzanas, los plátanos, las zanahorias y el hinojo).
Otros alimentos especialmente recomendados son:
- granos enteros
- salvado
- copos de avena